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03/04/2013
¿Quién puede solicitar plaza en este centro integral? Para acceder a este Centro hay una serie de requisitos que vienen impuestos por la Comunidad de Madrid. Los principales serían que la persona tiene que ser mayor de 18 y menor de 60 años, tiene que tener reconocida la condición o el grado de discapacidad, que deberá ser igual o superior al 33% y tiene que estar empadronado en el territorio de la Comunidad de Madrid, previamente a la solicitud. Desde la entrada en vigor de la Ley de Autonomía Personal, la persona con discapacidad debe estar valorada y disponer de la resolución con un NIVEL II mínimo. Tiene que necesitar, asimismo, a juicio de la Consejería de Asuntos Sociales, la atención en Centros Residenciales debido a su discapacidad y a sus circunstancias personales y familiares. Será preciso además, que el usuario carezca de familia o no pueda ser atendido por ésta en razón de su discapacidad y otras circunstancias.
¿Qué discapacidades físicas tienen estas personas? En estos momentos en el Centro hay chicos y chicas con parálisis cerebral, ataxia de Friedich, discapacidad neuromuscular, polio, distrofia muscular, trastorno de la coordinación y el equilibrio, artritis reumatoide, cifoscoliosis, enfermedad de Marie Chacort Tooth, o hemiparesia derecha. Como dato importante hay que destacar que el grado de discapacidad de las personas que residen en nuestro centro va desde el 68 % hasta un 99%.
¿Cuántas personas conviven en esta residencia? A día de hoy tenemos 20 plazas concertadas con la Comunidad de Madrid, de éstas, 19 están ocupadas, y estamos a la espera de que dicha vacante sea ocupada en breve. Las 16 restantes se ofertan para nuestro Programa de Vacaciones, para alojamiento de manera privada, siempre en estancias temporales. Y para aquellas necesidades que COCEMFE tiene para nuestras entidades, asociaciones, confederaciones, y compromisos en general de la casa.
¿Cómo es el día a día de estas personas? El día a día del Centro de COCEMFE se asemeja a la vida que puede haber en un hogar “normal”. Debido a la variedad de situaciones personales que tenemos, debemos marcarnos un orden de prioridades. En función de la actividad de cada residente se les levanta y asea para que puedan desayunar y posteriormente marcharse. Los primeros en ser atendidos son los que van a trabajar y luego los que van a estudiar (como es el caso de una residente que estudia en la Universidad Complutense). En tercer lugar atendemos a los usuarios de Centro de día DATO, cuyas rutas son muy tempraneras, y a la par a los usuarios del Centro de APAM, y por último los que acuden al Centro de Educación de Adultos de la Junta Municipal de Chamartín. Y en cuarto y último lugar, estarían aquellas personas que permanecen en la Residencia, que no van asiduamente a ningún sitio. Tienen actividades propias y participan en las que en el Centro se desarrollan.
En la hora de la comida se presta ayuda a aquellos que lo necesiten, bien para preparársela, es decir partir un filete, trocear un pescado, pelar la fruta, etc., bien para darle la comida directamente a aquellos que lo precisen. Y se les administra la medicación, preparada previamente por el A.T.S. del Centro. Según van terminando se les acuesta, y comenzaría el turno de tarde que se encarga de levantar a aquellas personas que estaban acostadas, y atender a las que llegan de la calle bien de estudiar, de trabajar, de los Centro de día, o de cualquier otra.
Para la cena como se debe realizar en una hora para que los horarios del personal se puedan respetar, las cuidadoras atienden en primer lugar a los residentes que comen despacio por su discapacidad, y que requieren más atención, y después a todos los demás administrando la medicación al que lo necesita. Según van terminando van acostándoles para que cuando llegue el turno de noche pueda realizar sus tareas cómodamente, pues disponemos tan sólo de un cuidador en dicho turno. Éste antes de terminar su turno en la mañana “ayuda” con algún residente que más madruga.
Todo esto se hace en un breve espacio de tiempo de manera que exista un orden. Todo se lleva a cabo sin prisa pero sin pausa. Se realiza de manera conjunta con el ATS que vigila las circunstancias que se puedan dar de enfermedad de alguno de los residentes, medicación, etc., de la misma manera la Trabajadora Social coordina e interviene si es necesario para realizar el seguimiento efectivo.
La comunicación es diaria y constante entre cuidadores, y equipo multiprofesional, de tal manera que el trabajo realizado es bueno. Disponemos de una herramienta muy eficaz, un cuaderno de cuidadores, donde nos comunicamos con todos los turnos, de manera que es imprescindible leerlo todos los días, y así intervenir con cada residente que se produzca una necesidad, o incidencia de cualquier tipo, incluso hasta amonestación.
Otra característica a resaltar es que nuestro centro cuenta con la calificación de Centro Especial de Empleo, lo que supone que más del 70% de los trabajadores tienen algún tipo de discapacidad.