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16/10/2024
"Estamos ya asistiendo a la puesta en marcha del anunciado “Modelo Meloni” en Albania, ejemplo de “soluciones innovadoras” en materia de políticas de migración de la UE. Las primeras personas migrantes han llegado ya desde Italia al puerto de Shëngjin en Albania, transportadas por un barco de la marina militar italiana. El destino posterior de estas personas será el centro de “detención administrativa” de Gjadër, un antiguo centro militar albanés, ahora gestionado y bajo la jurisdicción de un país de la UE, en este caso, del Gobierno italiano. Según el acuerdo firmado el año pasado por ambos gobiernos, se espera que Albania reciba a cerca de 3.000 personas migrantes desde Italia, es decir, desde territorio comunitario.
Numerosas organizaciones que trabajamos en la acogida de personas migrantes y refugiadas y en la defensa de sus derechos hemos venido denunciando que la externalización a terceros países de las obligaciones en materia de inmigración y asilo es un caldo de cultivo para que se produzcan violaciones de los Derechos Humanos.
La creación de centros de deportación de personas migrantes fuera de la UE es un retroceso que vulnera los Derechos Humanos, la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE y los propios fundamentos de la Unión. Migrar es un derecho, no un delito, y este tipo de medidas no solo criminalizan a las personas que migran, sino que deshumanizan un proceso que debería centrarse en la protección y el respeto a la vida y la dignidad humana.
Las prácticas de externalización de fronteras ya han sido llevadas a cabo por la UE anteriormente de forma lamentable. Ejemplo de ello fue el Acuerdo con Turquía, a través del cual, y a cambio de once mil millones de euros, Turquía acoge a los solicitantes de asilo sirios y afganos, impidiéndoles entrar en de la UE para solicitar asilo. Ya es públicamente conocido el total desprecio a loa derechos humanos con que Turquía trata a esas personas migrantes.
La Unión Europea debe afrontar políticas migratorias que respeten el Derecho Internacional y los Derechos Humanos, la necesidad de regular rutas legales y seguras que garanticen la integridad de las personas y el derecho al asilo. Expulsar hacia países no comunitarios a migrantes, solicitantes de asilo o a posibles víctimas de trata o explotación, no elude las responsabilidades que la UE y sus países miembros ostentan, sino que las agravan.
Tenemos una responsabilidad ética, política y legal en materia humanitaria y en materia de acogida que estamos incumpliendo con un marcado tinte xenófobo, que valida las narrativas de la extrema derecha y contradice los valores de la Europa Ilustrada".