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09/01/2025
Con motivo de la celebración el próximo 12 de enero del 600º aniversario de la presencia documentada del pueblo gitano en la península ibérica, el Consejo de ministros aprobó el pasado 7 de enero una declaración institucional en la que se declara 2025 como Año del Pueblo Gitano en España.
El 12 de enero de 1425 Alfonso V, Rey de Aragón otorgó a Juan, Conde de Egipto Menor, un salvoconducto que le autorizaba a viajar libremente en su peregrinación a Santiago de Compostela. Desde entonces, el pueblo gitano está presente en la península ibérica, aportando su rica expresión artística, su léxico, arte, gastronomía, sus oficios... Es por tanto imposible imaginar la cultura española sin que el componente gitano forme parte de ella. La configuración de la nación y la identidad española a lo largo de los siglos se ha construido también inequívocamente con los elementos aportados por el pueblo gitano.
600 años de una historia compartida
A pesar de que han pasado seis siglos y el pueblo gitano forma parte esencial del crisol cultural que conforma la sociedad española, el profundo desconocimiento del pueblo gitano, de nuestra diversidad, nuestra identidad, la historia y cultura que compartimos, están en la base del rechazo y la discriminación antigitana. El conocimiento que se tiene de nuestro pueblo y nuestra cultura sigue basado en generalizaciones, estereotipos negativos y prejuicios debido, en buena medida, a que la historia y cultura del pueblo gitano siguen ausentes del currículum educativo, y de las aulas.
El pueblo gitano, tras siglos de persecución, invisibilidad o intentos de asimilación, merecemos que se reconozca nuestro papel en la construcción de este país y se ponga en valor nuestra historia y nuestra cultura. “Es el momento de hacer justicia con el pueblo gitano y reparar su dignidad. Es el momento de situarlo en el mismo nivel simbólico e institucional que el del resto de comunidades, pueblos o nacionalidades que conforman hoy la diversidad y pluralidad de España”, en palabras de Sara Giménez, directora general de la FSG.
Con la aprobación de la Constitución y la instauración de la democracia, el pueblo gitano ha ido alcanzando cuotas de igualdad y mejorando sus condiciones de vida. Sin embargo, son muchos todavía los retos pendientes: los gitanos y las gitanas somos más pobres, tenemos un nivel educativo muy inferior a la media que condiciona nuestro futuro, llevamos el peso de una imagen social negativa y sufrimos más discriminación, especialmente las mujeres, y estamos sistemáticamente fuera de la esfera pública y los espacios de poder.
Reconocimiento, igualdad de oportunidades e igualdad de trato
Con ocasión de este 6000 aniversario, desde la Fundación Secretariado Gitano pedimos un compromiso de las altas instituciones y los poderes del Estado para avanzar en la igualdad y el reconocimiento del pueblo gitano. “Aspiramos a estar presentes en nuestra Constitución cuando llegue el momento de actualizarla. Queremos una firme garantía de nuestros derechos individuales, igualdad de oportunidades e igualdad de trato. Pero también reclamamos el reconocimiento, protección y defensa de nuestros derechos colectivos como minoría, derechos que pasan por preservar y promover nuestro patrimonio cultural: nuestra historia y cultura, nuestros símbolos de identidad”, según Giménez.
En este momento de celebración, pedimos a las altas instituciones del Estado un compromiso público de reconocimiento institucional del pueblo gitano, de su identidad, historia y cultura, de las aportaciones que ha hecho como parte de la ciudadanía a lo largo de estos 600 años, y esperamos que esto se traduzca en la celebración de un gran acto de Estado. “Los gitanos y las gitanas merecemos un reconocimiento de la historia de rechazo, persecución, desigualdad y discriminación que ha marcado estos 600 años de historia compartida.”
Además, exigimos una respuesta decidida frente a la pobreza y la desigualdad estructural que impiden el progreso social del pueblo gitano. Los gitanos y gitanas no tenemos que resignarnos a estar siempre en el escalón más bajo de la sociedad, y para ello hacen falta inversiones y políticas públicas más ambiciosas y sostenidas que nos permitan acceder a un empleo digno, combatir el fracaso escolar y la segregación, o erradicar el chabolismo.
Reclamamos a los poderes públicos un mayor compromiso contra el antigitanismo, respuestas institucionales y jurídicas firmes ante los casos de discriminación y discurso de odio, y los apoyos necesarios para que las víctimas den el paso a denunciar y encuentren reparación a su dignidad.
A las autoridades educativas, centros escolares, editoriales y miembros de la comunidad educativa, les pedimos un compromiso firme para la incorporación efectiva de la historia y cultura gitana en el currículo educativo. “Nuestra sociedad tiene que conocer la historia de rechazo, persecución y resistencia del pueblo gitano, así como nuestra contribución a la construcción de la sociedad en la que vivimos”, en palabras de Sara Giménez.
Desde la Fundación también instamos a los partidos políticos a incorporar de manera efectiva y sistemática personas gitanas en cargos públicos y en sus listas electorales, de manera que la representación política e institucional refleje la diversidad de nuestra sociedad. Los medios de comunicación juegan un papel clave, por eso, también les pedimos evitar el tratamiento sesgado y estereotipado de contenidos relativos al pueblo gitano, así como utilizar la mención a la etnia para perpetuar prejuicios. Invitamos a las instituciones culturales y a las universidades a incorporar la historia, la cultura y la lengua del pueblo gitano en su oferta cultural, y a promover el estudio y la investigación de una historia no escrita.
Este 600 aniversario debe ser una oportunidad para conocer al pueblo gitano. “Queremos invitar al conjunto de la sociedad a conocer nuestra historia y nuestra cultura, los valores y tradiciones sobre los que se sustenta nuestra identidad y a celebrar juntos estos 600 años de una historia compartida”, concluye Sara Giménez.