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01/07/2014
Es necesario renovar el encuentro entre empresa y Tercer Sector, buscar “un nuevo reparto de responsabilidades” y establecer “un nuevo contrato social entre empresa, sector público y una sociedad más activa”. Así se ha puesto de manifiesto durante la Jornada ‘La Cultura del Encuentro: Sociedad Civil, Tercer Sector y Cohesión Social’, organizada este martes en CaixaForum por la Fundación Grup Set y la Plataforma del Tercer Sector, en colaboración con la Obra Social “la Caixa”.
La elaboración de las conclusiones ha sido realizada por el presidente del Círculo de Economía, Antón Costas, quien ha incidido en la necesidad de renovar este encuentro entre empresa y Tercer Sector y ha señalado la necesidad de acabar con la cultura empresarial de búsqueda del valor para el accionista a corto plazo, que el Estado siga teniendo un papel fundamental en la cobertura de derechos fundamentales, y que la sociedad cumpla una función de innovación y empoderamiento.
Durante la inauguración, el director ejecutivo de la Obra Social “la Caixa”, Jaume Lanaspa, ha subrayado como grandes retos de la sociedad de hoy, la equidad, la diversidad, la longevidad y la sostenibilidad, así como la gestión de la diversidad, o la lucha por la igualdad. Frente a estos retos, la mejor fórmula es, en su opinión, “conseguir una sociedad que ofrezca medios dignos a sus ciudadanos”.
Desde su punto de vista, hay motivos para la esperanza en lo que respecta a “la utilidad y fecundidad del trabajo conjunto” y ha insistido en que el ámbito empresarial y las entidades sociales “pueden converger en objetivos, sensibilidades, preocupaciones y en la búsqueda de resultados a favor de las personas”.
Asimismo, la presidenta de Fundación Grupo Set, Adela Subirana, se ha referido a las desigualdades socio-culturales existentes en la actualidad y ha señalado que “lo que nos hace iguales es la mirada al otro, lo que implica comprender al otro”, y ha apostado por “intentar despertar la solidaridad de la sociedad”.
Además, se ha referido al nacimiento de la Plataforma del Tercer Sector hace ya dos años, “dando esperanza a gente sin futuro” y “adquiriendo una voz común” y “poder en el desarrollo de la economía global del siglo XXI” aunque, ha insistido, requiere la ayuda de los poderes públicos. Así, ha subrayado que el Tercer Sector aporta el 8% del PIB laboral en España y el 10% en Europa.
En esta línea, el presidente de la Plataforma del Tercer Sector, Luciano Poyato, ha asegurado que el mundo actual está cambiando muy rápido y esto exige esfuerzos compartidos que pasan por una necesaria alianza entre empresa, ONG, y universidad para fomentar una sociedad más “justa, igualitaria y sostenible”. “Necesitamos nuevos modelos que garanticen todo lo necesario para que las personas podamos tener y una vida digna”, ha dicho.
Según ha destacado, “existe una voluntad ciudadana que toma las riendas, que decide lo que quiere y cómo y cuando lo quiere y el Tercer Sector es protagonista de este nuevo tiempo”. También se ha referido al empleo que generan las entidades sociales, el número de beneficiarios a los que atiende, su papel clave en el desarrollo económico y social del país y ha insistido en que las ONG “aportan un modelo de gestión que ha dado resultados en momento de crisis y hay que ponerlo en valor”.
La primera conferencia de la Jornada ha sido la del psiquiatra, profesor y escritor Luis Rojas Marcos, quien ha asegurado que la salud es “el estado completo de bienestar físico, psicológico y social”, una definición que es adaptable al concepto de bien común. Desde su punto de vista, las poblaciones más solidarias viven más y mejor y poseen un nivel de tranquilidad que fomenta la productividad, la creatividad y la resiliencia. La comunicación entre las personas, las relaciones personales, el concepto positivo que una sociedad tenga de sí misma, o el optimismo fomenta su capacidad de superar adversidades.
Rojas Marcos ha señalado que “cuando hay conexión y comunicación entre los miembros de un grupo hay más empatía” y “ésta es la fórmula más importante de promover el bien común”. También ha apostado porque la empresa “busque una razón de ser más allá del producto y sus beneficios también ayuden a promover el bien común”.
Durante el debate posterior, Adela Casademont, presidenta de Casademont S.A., ha afirmado que las sociedades son cambiantes “permanentemente” y las empresas “tienen que adaptarse y visionar el futuro”. Así, ha defendido la figura del empresario, quien, ha dicho, “arriesga y quiere devolver a la sociedad parte de lo que gana”.
Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española ha afirmado que el bien común es un concepto normativo, “al que aspiramos como sociedad”. Desde su punto de vista, la cultura del encuentro “tiene que ser la del cambio y la transformación radical, desde el clamor de la injusticia”. “No se trata de más empresas con más responsabilidad social o entidades sociales con más acciones sino de empresas y organizaciones distintas”, ha dicho.
Según ha señalado, en estos momentos de crisis las entidades sociales han rescatado a las personas, mientras el Estado ha rescatado a otras instituciones y ha lamentado que las organizaciones sociales estén siendo en muchos campos sustitutos del Estado, “que no puede renunciar a ser garante de los derechos ciudadanos”.
Mora se ha referido también, ante preguntas del público, a la reforma de la ley de subvenciones que prepara el Gobierno y ha pedido que se trate al Tercer Sector como entidades con sus particularidades y ha confiado en que el anteproyecto de ley recoja los cambios necesarios.
También Fernando del Rosario, vicepresidente de Cruz Roja Española, se ha referido al anteproyecto de ley de reforma de la Ley de Subvenciones, que, ha dicho, “obliga a las entidades sociales a ser financiadoras de una acción de debería hacer el Estado”.
Del Rosario ha asegurado que “existe una gran brecha entre el mundo que tiene aseguradas las necesidades básicas y aquel en situación de desesperanza” y que el papel de las ONG es “ayudar para que cada persona sea protagonista de un crecimiento personal”.
COOPERACIÓN ÉTICA
La segunda ponencia del día ha sido la impartida por Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, quien ha explicado que los tres sectores que componen la sociedad civil, el político, el económico y el social, “tienen que trabajar de la mano”. El sector político, ha señalado, “se tiene que ocupar de que los derechos de los ciudadanos estén satisfechos y protegidos”; el nivel económico, “tiene que asumir su responsabilidad en la creación de riqueza”; mientras que el sector social “debe ocuparse del bienser y bienestar de las personas” y realizar “tareas de suplencia” cuando el Estado no la hace, pero, ha matizado, “su aspiración es denunciar, innovar y empoderar a las personas”.
Para Cortina, la cooperación entre estos tres sectores debe ser “una colaboración profundamente ética” y no “cosmética”, que ha definido como “aparente” y consistente en que la empresa trata de maximizar su beneficio para el accionista a corto plazo, mientras que la entidad social “busca una ayuda económica y la acepta tapándose la nariz para poder llevar a cabo su tarea”.
La cooperación ética es, en su opinión, aquella en que la empresa tiene que reconstruirse desde dentro, a través de una responsabilidad social como herramienta de gestión, como medida de prudencia y como exigencia de justicia, mientras que las organizaciones solidarias tienen “una tarea de crítica, asesoramiento y ayuda”. “Una buena empresa es una empresa ética que piensa en las expectativas legítimas de todos los afectados y trata de satisfacerlas y con ello genera aliados”, ha puntualizado.
En la mesa redonda posterior, ha participado el presidente de Garrigues, Antonio Garrigues, quien se ha referido a la existencia de una sociedad civil poco desarrollada en Europa y a un aumento de la desigualdad social, mientras el sector público “deja de hacer una gran parte de lo que hacía”. En esta línea, se ha preguntado “quien va a cubrir ese hueco social si el Tercer Sector no tiene medios”.
Así, ha señalado que en este punto la cooperación entre empresa y Tercer Sector es aquí fundamental pero en ella “cada uno tiene que asumir sus responsabilidades” y ha subrayado la importancia de la ética, que, ha dicho, “es rentable y permite la sostenibilidad” y una empresa que “no es ética si no es sostenible”.
También se ha referido a aspectos que el Tercer Sector debe mejorar como la “atomización y la excesiva financiación pública”, la necesidad de una mayor transparencia, “comunicar mejor sus necesidades y darse a conocer de forma más profunda”.
Garrigues ha destacado también la necesidad de una ley de mecenazgo “porque su retraso genera una anormalidad legal difícilmente explicable”, ha señalado.
Rafael de Lorenzo, secretario general del Consejo General de la ONCE, ha asegurado que una de las reivindicaciones de la Plataforma del Tercer Sector es el diálogo y el entendimiento con el mercado y las empresas porque “solos no vamos a poder dar respuesta a los problemas sociales actuales”. Por ello, ha apostado por buscar elementos de entendimiento pero “en condiciones de simetría y respeto y de igualdad en las posiciones de interlocución”.
El reto es conseguir una sociedad “que garantice niveles razonables para una vida digna de todos los ciudadanos” bajo el concepto de dignidad y, para ello, además de las alianzas éticas hace falta, en su opinión, un cambio de los comportamientos individuales y de los grupos humanos. Además, desde su punto de vista, las instituciones del Tercer Sector tienen que buscar el entendimiento con empresas e instituciones públicas y mejorar en “eficiencia, transparencia y apertura”, al tiempo que ha lamentado que desde la empresa se haga, en ocasiones, “un discurso cosmético del mecenazgo y la responsabilidad social”.
Sin embargo, ha dejado claro que “poco se puede hacer” si desde el escenario de lo público se recortan derechos sociales, la reforma de la ley de subvenciones “aparece como espada de Damocles sobre el sector” y se producen recortes en el 0,7% del IRPF.